Wednesday, December 06, 2006

ciudadanismo, civismo remozado

A la raíz

Ciudadanismo, civismo remozado

Hasta hace poco se me llenaba la boca con la grandipalabra ciudadanía. Pero pronto empezó a olerme a marquetineo (de marketing) ilustrado tanta insistencia en la ciudadanía por parte de todo tipo de gestores de la cosa pública. Medradas estamos, yo llenándome la boca con el mito del ciudadanismo sin darme cuenta de que es un constructo, más allá de sus ya discutibles orígenes históricos, que asegura la paz social. ¿Quién es el antagonista de la ciudadanía? Obreras frente a patronal, feministas frente a patriarcardo, ciudadanas frente a… No hay una clase o sistema que genere la necesaria lucha de contrarios porque la ciudadanía es un sujeto social que coopera, que no se opone. A nadie niega porque es un concepto inclusivo, que todas somos ciudadanas y todas hemos de cooperar para que la máquina productiva no cese. El ciudadanismo es un remozamiento del civismo. El cívico llevaba bigotes, no blasfemaba, no escupía, saludaba con educación y era todo un señor. El ciudadano apadrina críos, se manifiesta por lejanías, está en contra de “todo tipo de violencia venga de donde venga” y cuida su cuerpo. A la cuidadanía se le consulta cada cuatro años o se le consulta, jugando a la democracia participativa como ya hacen algunos ayuntamientos posmodernos, la iluminación navideña. Pero a la raíz no llega nunca la consulta. A la ciudadanía se la integra en el funcionamiento institucional con chiringuitos de poder blando como el FORUM(culo) Barcelona 2004 que, con la excusa del diálogo intercultural y el desarrollo sostenible, supuso un obra maestra de ingeniería social y de especulación urbanística. Y el chiringuito del agua que están montando en Zaragoza es primo hermano del barcelonés, de las Olimpiadas y de Marina d´Or (unos primos son más progresistas y sibilinos, y otros son más fachas y torollos). Frente a los movimientos vecinales de barrios que se niegan a que la especulación los arrase, el ciudadanismo es cooperativo y flexible y con posibilidades de ganar autoestima y pasta con la limpieza del barrio en cuestión. El ciudadanismo es el civismo de aquellas asociaciones que colaboran con los poderes y que ayudan a dar legitimidad moral y simbólica a una democracia representativa que llevaba una temporadita en crisis. Se les consulta la ubicación del loroparque, pero no se consulta construir autovías, embalses, centrales térmicas, privatizar recursos sagrados como el agua…Cuando hay mucho en juego la ciudadanía desaparece, no se le consulta. Es entonces cuando aparece la masa, las radicales, la multitud. Oponerse a una guerra lejana es un “ejercicio de ciudadanía que mantiene sana la democracia” (bla, bla), pero oponerse a la especulación del barrio, al embalse devastador es cosa de radicales. Y sí, es cierto, porque los radicales van a la raíz del problema, van a la cercanía, porque es tiempo de frenar desde lo local las agresiones a la biosfera. Se trata de crear cercanía y raíces porque, si sólo luchamos por injusticias lejanas, nuestra solidaridad con esas gentes es solidaridad de centros cien.

2 Comments:

Blogger Icelandpoetry said...

Te has quedado a gusto. Un placer leerte, como siempre.

6:07 AM  
Blogger Cándida Sibisse said...

Tú pones en palabras todo lo que está dentro de mí, leerte es dejar salir la rabia que tenía derecho a estar ahí y sonreir y poner los pies sobre la tierra. Tú pie son mis raíces y tus artículos mi lugar en el mundo.
No te detengas, juntas caminamos, tú en París, yo en la huerta de asfalto.

12:24 PM  

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