Monday, April 16, 2007

Baal

Antes del triunfo de Yavhé se creía en Baal, la Señora de las Moscas, pero por la recurrente demonización de las divinidades anteriores, Baal se convirtió en Belcebú, un ser temible. De cría odiaba las moscas, pero ahora entiendo que donde hay insectos hay biodiversidad, transmiten ADN en sus extremidades, forma pedante de decir que polinizan plantas y árboles. Baal se convirtió en Belcebú y sus criaturas fueron perseguidas, porque lejos de considerarlas traedoras de vida se las hizo transmisoras de enfermedades. Empezamos a perseguir moscas, a pasteurizar, a legislar el alimento, y así el hombre combatió miles de enfermedades. Si niego las virtudes de la ciencia soy premoderna, posmoderna, carcamal, diletante, inconsciente… como si la historia de la salud fuera lineal, siempre a mejor para toda la humanidad.
Veo a los bichos, donde ellos están, sanamente, hay decenas de variadas hierbas. Comprendí que Baal era digna de adoración. Se pueden leer libros sobre religiones antiguas, pero solamente percibir con el paso de las estaciones que las moscas te cuidan la tierra te hace sentir el roce de la mosca roce sagrado de Baal. Una adoración sana: si las moscas nos propician miles de plantas es de recibo adorarlas. Recordé un saber endémico y este aprendizaje es el que más quiero. Soy hedonista del conocimiento, pero con este saber segregué más endorfinas que nunca. Y las flores salvajes tienen más estambres, más polen y menos pétalos, recordad una rosa salvaje y una de jardín. La una tiene pocos pétalos pero una gran fuente de polen, la otra tiene muchos pétalos aterciopelados, rococós, románticos, pero el polen más escondido. Preguntemos a insectos y aves qué flores prefieren. El pétalo es la tecnoesfera y los estambres la biosfera, y cada vez quedan menos flores salvajes y menos animales a quien preguntar.

1 Comments:

Blogger Azena said...

al final me quedaré con la naranja...

3:48 AM  

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