Monday, June 25, 2007

Indulgencias

1517, Lutero expone sus tesis contra el tráfico de indulgencias. Entonces las personas invertían sus dineros para disfrutar de una eternidad en Paz. Nos parecen ingenuas aquellas gentes capaces de creerse semejante bulo, pero hoy Europa continua especulando con el mañana. Seguimos comprando indulgencias que nos aseguren un futuro en paz, sólo que ahora éstas ya no sirven para la eternidad, sino para unos añitos de trabajo fijo y, con suerte, una jubilación. Europa vende indulgencias para alcanzar la paz de la vida madura, y sus currantes se desviven por el master que les permita tirar para adelante dos añitos más, o ya, la plena, aprobar unas oposiciones del Estado, la indulgencia que más se ansía. Se invertirán miles de euros y horas en preparar unas oposiciones-indulgencias que nos permitan alcanzar el perdón, no ya de Dios, sino del Estado. Se ha reducido nuestra ambición, ya no ansiamos estar a bien con Dios y la eternidad, sino con los poderes públicos y la cuarentena. Cómo se han cortado los años de nuestros sueños, una indulgencia-curso que nos permita una paz-contrato de nueve meses, ya eso es bendito. Europa ya no es una gran Iglesia sino una gran Escuela con fieles en eterna formación y eterna compra de cursos. Y ya mendigamos créditos bancarios para pagar estas nuevas indulgencias, y ya su propio nombre, “crédito”, nos recuerda que seguimos movidas por creencias; pero si algún día un fantasma de ateismo financiero recorriese Europa y la riqueza dejase de ser este perverso acto de fe que es ahora el capitalismo financiero, si dejásemos de creer en este santo Patrix especulador y dejásemos de multiplicar las mediaciones y amásemos más el presente, qué sería de la Banca y la Universidad, ese matrimonio de abstracciones y lejanías que lleva jodiendo a la Tierra desde el Renacimiento.

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