Monday, June 25, 2007

Patrix®

Por dividir el día en franjas para orar a Dios nacieron los horarios. Quítese la h y se verá la relación entre la cuantificación de la vida que es la cronometría y la oración. De pautar orgánicamente la existencia por menstruaciones, lunas, embarazos o tonos del cereal pasó a pautarse por esas máquinas claves en el mantenimiento del capitalismo que son los relojes. Rezar a Dios, uso de relojes y explotación más matemática de las gentes de abajo fue todo uno. A todas estas, Dios, ese Patrix que desde que se instauró lleva jodiendo la existencia de todo bicha viviente, ganó la partida, entre otras, merced a un marketineo del Libro que consiguió difuminar, demonizar, humillar, basurear a las diosas previas de la Tierra. Dios, Patrix, padre del número, de la propiedad privada, de la cuantificación de la realidad a través de finanzas, cronometrías y estadísticas preocupa ahora a los científicos que lo buscan en el cerebro. Los actuales metafísicos, para conciliar la miseria científica con la religiosa, entonces postulan algo aparentemente hermoso: hoy Dios ha caído del cielo y se está despertando dentro de cada individuo. Dios, como buen Patrix, señor de blanco y de barba, amante de la abstracción y la cuantifcación, amigo de mediaciones y enemigo de la Tierra, es puritico capitalismo y si como dicen ha caído en nuestros cuerpos, eso significa que hasta las gentes de abajo hemos interiorizado el capital, ya no nos oponemos ni miramos arriba a la otra clase sino que nos hemos hecho pequeñas empresarias, autónomas que llevamos genes de Patrix® en nuestras entrañas. El capital, la gran abstracción, la gran moneda, el Dios del Gran Poder se acopla a nuestro cuerpo como los carburantes se nos pegan a las cartucheras. Dura de seguir está siendo la dieta atea y feminista.

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