Tuesday, June 10, 2008

Gerontinos

La gerontocracia asturiana se queja de que no hay relevo generacional para asumir los retos del futuro político. La razón: poca gente tiene la estupidez, la animalitas y la familia necesaria para permitirse el lujo de los partidos.
¿Cómo son los pocos que sí se permiten el lujo? En masculino (mozas apenas hay): destacan por encima de todo su bajo bagaje cultural y su alto nivel de analfabetismo. No saben escribir, no conocen la historia de su tierra y mucho menos la de su partido. Esto es bueno y alentado por los gerontos, pues cualquier joven honesto, de conocer la trayectoria de su partido, abandonaría al mes.
Suelen ser eternos estudiantes de Derecho, tardan unos 8 años en acabar la carrera porque están tan ocupados en reunirse, conspirar, tomar vinos, acostarse flojo entre ellos (la disfunción eréctil de los jóvenes políticos es superior a la media, de ahí sus ansias de poder), organizar congresos de ratones, comer, cenar, volver a reunirse y volver a conspirar que desconocen el funcionamiento del libro. Pero no importa, como son de buena familia no les urge ganar dinero, además en casa nunca han visto trabajar a nadie dado que sus padres son concejales, diputados o directores generales que estudiaron también derecho.
No tienen amigos, sólo a la gente del partido. Se muerden entre ellos, se follan, se arañan, se mean… como hienas defendiendo su territorio. Los algo brillantes no aguantan la presión psicológica, abandonan y dejan un vacío que los mediocres aprovechan: “es que nadie quería ser secretario general y tuve que cogerlo yo”.
Son feos, gordos y con poco pelo. Son los gerontinos. Si a partir de las doce huelen una copa se convierten en bolas lloronas y depresivas.
No se te ocurra estar cerca de ellos, te corroerán con sus babas.

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