miss anthropa
Miss Anthropa (me darán cortesía el Maki por su peculiar fonética sintáctica y la sonia por emitir palabras polivalentes)
Para que llueva se necesita humus que guarde y genere humedad, esto sólo lo permiten los bosques, pero sobre su húmedo humus echan los humanos asfalto y cemento. Quien no conozca el ciclo del agua que devuelva su título de EGB y su cargo político. Pero no sirve reforestar con eucalipto, como proyectan hacer con Asturias, porque no se pudre, no da humedad, no segrega humus, sólo incendios. Aviso porque, bajo el protocolo de Kyoto, ya hay empresas que compran y venden derechos de contaminación fabricando bosques rápidos de eucalipto. Cuidado con el Monopoly Kyoto. Están talando bosques autóctonos en Ecuador y Uganda y se están desplazando seres humanos de esos bosques que hacen humus para reforestarlos con eucalipto. Los economistas laureados en masters varios matan tres pájaras de un tiro: fabrican bosques con rapidez y fluidez de pasta (venderán esos eucaliptos pronto), ganan derechos de contaminación por fabricar dichos bosques y mejoran el invento marketinero ese de la “imagen social corporativa” que ya no engaña ni a Heidi (y a esta cría menos, los actuales Alpes sin nieve han hecho de ella una lúcida pesimista). Con Kyoto vuelven las bulas, aquellos caros permisos que permitían ayer pecar y hoy contaminar. Este mercadeo llegará a Asturias, medrarán todos, sociatas, peperos y nacionalistas, apuesto mi título de Miss Anthropa. Y los de abajo nada haremos porque ansiamos ser arriba. Que siga el ski, que siga el golf, el coche, el móvil, el turismo, la agricultura industrial, que sigan; que tengamos siempre cuatro cuartos para invertir en cemento, para jugar a la bolsa, a las cuentas naranjas, a los planes de pensiones; que corra la pasta, que corra y que las Navidades sigan blancas de la farlopa, alcemos nuestra copa carbonatada y brindemos: ¡se pudran los futuros, quien venga detrás que arree!
Para que llueva se necesita humus que guarde y genere humedad, esto sólo lo permiten los bosques, pero sobre su húmedo humus echan los humanos asfalto y cemento. Quien no conozca el ciclo del agua que devuelva su título de EGB y su cargo político. Pero no sirve reforestar con eucalipto, como proyectan hacer con Asturias, porque no se pudre, no da humedad, no segrega humus, sólo incendios. Aviso porque, bajo el protocolo de Kyoto, ya hay empresas que compran y venden derechos de contaminación fabricando bosques rápidos de eucalipto. Cuidado con el Monopoly Kyoto. Están talando bosques autóctonos en Ecuador y Uganda y se están desplazando seres humanos de esos bosques que hacen humus para reforestarlos con eucalipto. Los economistas laureados en masters varios matan tres pájaras de un tiro: fabrican bosques con rapidez y fluidez de pasta (venderán esos eucaliptos pronto), ganan derechos de contaminación por fabricar dichos bosques y mejoran el invento marketinero ese de la “imagen social corporativa” que ya no engaña ni a Heidi (y a esta cría menos, los actuales Alpes sin nieve han hecho de ella una lúcida pesimista). Con Kyoto vuelven las bulas, aquellos caros permisos que permitían ayer pecar y hoy contaminar. Este mercadeo llegará a Asturias, medrarán todos, sociatas, peperos y nacionalistas, apuesto mi título de Miss Anthropa. Y los de abajo nada haremos porque ansiamos ser arriba. Que siga el ski, que siga el golf, el coche, el móvil, el turismo, la agricultura industrial, que sigan; que tengamos siempre cuatro cuartos para invertir en cemento, para jugar a la bolsa, a las cuentas naranjas, a los planes de pensiones; que corra la pasta, que corra y que las Navidades sigan blancas de la farlopa, alcemos nuestra copa carbonatada y brindemos: ¡se pudran los futuros, quien venga detrás que arree!